Una restauración que está llevando a cabo la delegación de Patrimonio Cultural de la Archidiócesis de Sevilla, dentro una nueva edición de la campaña de verano de conservación y restauración del patrimonio histórico-religioso.
Según informa la Archidiócesis de Sevilla en un comunicado, los trabajos de conservación y restauración del retablo mayor de la iglesia de la Merced se espera que estén concluidos a finales de este mes de julio o primeros días de agosto.
Con esta obra, se culminarán las actuaciones llevadas a cabo en este templo de la localidad astigitana, que fue cerrado al culto en 2019 debido a graves problemas estructurales en la cubierta, bóveda y muros.
La actuación se centra en el retablo mayor, abordando tanto la arquitectura portante como el conjunto escultórico. Esta pieza, de gran valor artístico y técnico, constituye uno de los elementos más significativos del patrimonio histórico de Écija.
El retablo mayor de la Merced Calzada de Écija es una obra destacada del tránsito entre el Renacimiento tardío y el Barroco temprano, realizado entre 1608 y 1615. Fue elaborado por un equipo de escultores cordobeses, Juan de Ortuño, Pedro Freile de Guevara, Felipe Vázquez Ureta y la ejecución se llevó a cabo bajo la supervisión de Juan de Oviedo, maestro mayor del Arzobispado de Sevilla.
El objetivo es la estabilización y recuperación del retablo mayor, abordando los agentes de deterioro y las patologías detectadas mediante una intervención de carácter conservativo. Se lleva a cabo una limpieza general, eliminación de depósitos y capas alteradas, consolidación de los elementos inestables y reintegraciones puntuales que favorecen una correcta lectura de la obra, concluyendo con la aplicación de una capa de protección final.
El estado de conservación inicial era muy deficiente, debido tanto a la degradación natural de los materiales como al uso litúrgico continuado y a intervenciones anteriores no especializadas. El dorado y la policromía se encontraban oscurecidos y alterados, con acumulaciones de polvo, hollín, grasa, restos de cera, y pérdidas de adherencia en las capas pictóricas. Aunque estructuralmente el soporte del retablo está en un estado aceptable, las esculturas presentan importantes pérdidas volumétricas, así como encontramos ataques de insectos xilófagos.
El proyecto se enmarca en el Plan Diocesano de Conservación, que cada verano permite la incorporación de 14 alumnos en prácticas del grado en Conservación y Restauración, gracias a un convenio de colaboración entre la Archidiócesis y la Universidad de Sevilla.
Una intervención que se realiza íntegramente in situ, incluyendo el desmontaje de piezas inestables, fijación de capas, consolidación estructural y limpieza química, para garantizar la conservación futura de esta valiosa obra patrimonial.
Por último, desde la delegación de Patrimonio se valora positivamente la colaboración del Ayuntamiento de Écija, ayudando a la mejora de la experiencia en Écija de todos los alumnos que participan. Igualmente, al párroco y responsables de la Hermandad de la Piedad.











