Quiero recordar, que en algún que otro artículo mío, dejé dicho, tal como me comentó un amigo mayor que conocí durante mi estancia profesional en Málaga, que el ser humano se sacia de todos los vicios, menos de dinero y digo esto porque lo de apropiarse indebidamente de lo ajeno, robar en términos coloquiales, no es nuevo de ahora, aunque quizás en estos tiempos, debido a los periodistas de investigación y actuaciones policiales, estemos más al día de lo que le gusta el dinero a muchas personas, de alta o baja alcurnia y mucho más, cuando es de fácil acceso, ya sea por uno u otro motivo.

Comenzamos este capítulo, con un fenómeno atmosférico acaecido en Écija, durante el mes de Agosto de 1971 (quien escribe, por razón de edad, como muchos de mis lectores, lo recuerda perfectamente) y que nos rememora, aunque con menor incidencia, el temporal de viento que sufrimos en Febrero del presente año, que dejó caer una palmera en la Plaza de Puerta Cerrada y causó daños en Colegio SAFA y Polideportivo Municipal, lo que nos lleva a pensar, que dicho fenómeno atmosférico, como casi todo en la vida, es cíclico.
Empezamos este capítulo, en el mes de Octubre, precisamente uno de los meses más importantes para los católicos de Écija, pues celebramos el mes del Rosario, en el que tanta importancia tuvo el dominico ecijano Fray José María Peralta, y como quiera que ya mismo empezamos la recogida de aceitunas (el que tenga olivares, que yo solo tengo las envasadas en latas que compro o las que me regalan aliñadas, rayadas, partidas, etc.), sin olvidar que Écija, era la población mundial del aceite en los siglos anteriores, con más de doscientos molinos, encuentro un artículo, precioso, editado en La Ilustración Artística de 23 de Mayo de 1904, número 1.169, titulado Aceitunas y aceituneros de J. Gestoso y Pérez, en el que se menciona a Écija, en el siguiente particular:
Este nuevo capítulo de hechos y noticias, lo voy a encabezar con un desagradable incidente, acaecido en nuestra Ciudad el mes de Septiembre de 1890, que hirió gravemente la sensibilidad y los sentimientos católicos de los ecijanos y del que se hicieron eco los periódicos de la época. Lo encontramos publicado en La Fidelidad Castellana de 22 de Septiembre de 1890 y dice así:
Cuando yo estaba destinado en Málaga, un amigo mío, avezado ya en años y en experiencias de todo tipo, me dijo en cierta ocasión: El ser humano se cansa y sacia de todo, de hombres y mujeres, del juego, de la bebida, de juergas, de todo, menos de... dinero. Y digo esto porque no han sido pocos los casos de corrupción que han acaecido en los últimos tiempos en esta patria nuestra (los que se han descubierto, que algunos habrán quedado en ignorado paradero, digo yo), pero como todo, es cíclico ello y digo esto porque ya que en el año de 1923 y relacionado con Écija concretamente, aparece una noticia publicada en el diario extremeño El Correo de la Mañana, del jueves 14 de junio de 1923 que dice así: