La SE-9104, carretera que une las poblaciones sevillanas de Cañada Rosal y La Luisiana, se encuentra cortada desde la diez de la mañana de este lunes, 17 de marzo, por el desbordamiento del arroyo de La Garrida, debido a las precipitaciones que está dejando en la Campiña y Sierra Sur el paso de la borrasca Laurence.
Unas lluvias que también están generando problemas e incidencias por acumulación de agua en otras poblaciones de la comarca, como es el caso del municipio de Écija, donde preocupa la acumulación de agua en la carretera A-452 que une la localidad astigitana con la cordobesa de Palma del Río, a la altura del kilómetro 20 (pedanía ecijana de Isla Vicario).
Además, se encuentran cerrados parques y jardines, polideportivos y cementerio en Écija, donde desde la medianoche hasta el mediodía ha caído más de 40 litros por metro cuadrados, según informa la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Por su parte, La Junta ha elevado el Plan de Emergencias ante el Riesgo de Inundaciones a fase de Emergencia.
Ante estos episodios de fenómenos adversos, el servicio de Emergencias 112 Andalucía recomienda extremar la precaución y adoptar algunas pautas de autoprotección para evitar riesgos y garantizar la seguridad. En días de fuertes precipitaciones es preferible evitar los desplazamientos y, si es imprescindible viajar, hay que informarse, antes de salir, del estado de las carreteras por las que se va a transitar y una vez en camino seguir las indicaciones de paneles informativos y de los agentes de la autoridad, así como mantenerse informado a través de la radio de las recomendaciones de las autoridades y servicios competentes.
Con lluvia se debe extremar la precaución al volante, disminuir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad. Nunca se debe cruzar por una zona inundada o con balsas de agua. Si se ha cruzado por cualquier motivo por zona anegada después hay que probar con ligeras pulsaciones los frenos para comprobar que funcionan. Si además nos vemos sorprendidos por una fuerte crecida de agua dentro del vehículo hay que prepararse para abandonarlo inmediatamente cuando el agua sobrepase el eje de la rueda.
Tampoco se debe estacionar ni transitar cerca de los cauces de los ríos, aunque estén secos para evitar ser sorprendidos por una súbita crecida de agua. También se deben evitar los sótanos y las plantas bajas.
En el campo y con tormenta los árboles y piedras aisladas o solitarias atraen los rayos por lo que se deberán evitar, al igual que los objetos metálicos. En las zonas costeras y con temporal debe evitarse transitar por los paseos, zonas de rompeolas y miradores. El oleaje puede arrastrarnos de forma súbita hacia el interior del mar.
En caso de fuerte viento, se recomienda cerrar y asegurar puertas y ventanas y retirar del exterior de las casas todos aquellos muebles y objetos (tales como toldos, tiestos, tendederos y macetas) que puedan caer a la calle y provocar un accidente.
Si nos encontramos en la calle o en el campo, no debemos protegernos de las rachas en zonas próximas a muros o tapias; es aconsejable alejarse de cornisas o árboles que puedan llegar a desprenderse. Además, se deben de extremar las medidas de precaución si se está junto de edificios en construcción o en mal estado. Siempre que sea posible, en días con fuertes vientos, mejor no subir a andamios o plataformas similares que puedan verse desplazadas.
Si el viento nos sorprende durante un viaje en coche, no nos quedaremos dentro del vehículo, sino que buscaremos un lugar seguro donde poder refugiarnos.