Doy inicio a este capítulo con una noticia recogida de La Vanguardia Española, del viernes 22 de septiembre de 1950 que dice así:
“LA FERIA DE SAN MATEO EN ECIJA. Écija, 21. Con extraordinaria animación, ha dado comienzo la feria de San Mateo. El mercado de ganado se halla muy concurrido y abundan las especies caballar y de cerda. Aún no se han verificado operaciones ya que, corrientemente, el primer día se dedica al tanteo.

Somos muchos los aficionados taurinos ecijanos que, con añoranza, recordamos aquellas gloriosas tardes de toros en el astigitano ruedo de Pinichi y todavía quedan algunos, ya con las huellas de la senectud en rostro y cabellos, que cuentan con qué pasión se vivía la rivalidad taurina existente en Écija allá por los años 1950-70, hasta el extremo de que en la Revista de Feria Écija, año 1958, aparece un bello artículo que es el recupero como comienzo de este capítulo, como ejemplo de lo que suponía para Écija que sus toreros llevasen el nombre de nuestra ciudad por los ruedos taurinos españoles y americanos:
Lo he dicho y escrito en muchas ocasiones. El nombre de Écija, a lo largo de los siglos, quedó grabado en la historia, consecuencia directa de los cargos que ocuparon durante su vida los nacidos en esta bendita tierra y también por los hechos en que participaron.