Ya se incorporó el Secretario de mi marquesado y es a él a quien corresponde dar el parte médico, que es como sigue:
El Sr. Marqués estuvo el día 1 del presente, en la revisión ante el cirujano, quien dictaminó que el proceso va estupendamente con signos de recuperación muy importantes; pasó al oncólogo, quien recetó una resonancia para el día 5 por la tarde, a fin de ir preparando las sesiones de radio (entre 25/30) con quimio en pastillas, para, dado el carácter de agresivo del tumor, prevenir, por lo que a mediados de septiembre, aproximadamente, empezará el tratamiento, por lo que las expectativas, aunque mi señor Marqués esté cabreado, son buenísimas.

La afición al ciclismo se acrecentó en España, y en Écija en particular, a partir del triunfo en el Tour de Francia de Federico Martín Bahamontes. A comienzos de la década de los sesenta del siglo XX, el deporte del pedal tenía sus buenos aficionados, y entre estos, alguien que dedicó muchas horas de trabajo e ilusión para que Écija fuera referente en este deporte tan popular: Emilio Martín Caballero, propietario del que fue famoso “bar Cantarero”.
Como es normal, primero el parte médico, porque aunque sabía que tenía el aprecio de muchos de mis conciudadanos, cuando he empezado a salir a la calle, me doy cuenta que me había quedado no corto, sino cortísimo. Un ejemplo. En 3 kilómetros, aproximadamente, que es lo que ando por la mañana, he tardado cerca de dos horas, motivado por la cantidad de paradas, besos y abrazos de mis amiga/os ecijanos, como para que yo no me vuelque con todos, a los que siempre estaré eternamente agradecido.