El ecijano Jaime González-Écija realizaba en el día de ayer el paseíllo, junto a Álvaro Burdiel y Pablo Páez, en la segunda novillada de abono de la plaza hispalense de la Maestranza, en la que ninguno de los novilleros tuvo su tarde en un festejo en el que decepcionó el juego de los novillos de ganadería de Villamarta.
Así, el rondeño Pablo Páez, se enfrentó en primer lugar a un ejemplar correoso, que no llegó a empujar hacia delante y al que administró un trasteo voluntarioso y entregado pero escaso de brillo. Con el cuarto, corto de viajes y sin un pase, no tuvo más remedio que abreviar.
Por su parte, González-Écija, se encontró con un segundo más que potable, al que entendió mejor por el pitón derecho en una faena discontinua e intermitente; mientras que el quinto engañó en los primeros muletazos por su movilidad, pero acabó acortando drásticamente sus viajes, abortando las buenas intenciones del novillero de la ciudad de las torres.
Por último, Álvaro Burdiel, lidió un tercero novillo mansurrón, de embestidas seguidas y sin despedirse en los embroques, con el que anduvo profesional y resolutivo, hasta el punto de dar la única vuelta al ruedo del festejo tras una petición insuficiente y en el sexto tuvo un buen pitón izquierdo, pero el novillero, sin convencerse a sí mismo, no terminó de cogerle el aire.
FICHA DEL FESTEJO:
Novillos de la ganadería de Villamarta, correctamente presentados. El primero, que nunca rompió, resultó correoso; potable el segundo; mansurrón y muy seguido el tercero; corto de viajes y muy deslucido el cuarto; de más a menos el quinto; el sexto se dejó por el pitón izquierdo.
Pablo Páez, ovación y silencio.
Jaime González-Écija, ovación tras aviso y silencio.
Álvaro Burdiel, vuelta al ruedo tras petición y ovación.
La plaza registró un tercio de entrada en una tarde agradable y primaveral.
Foto de archivo.