Cuando estuve preparando para su publicación, lo que se tituló El Cronicón Ecijano , me causó sorpresa algunas decisiones de los sacerdotes, dimanantes de no serle reconocidos a alguno de ellos, los privilegios que tenían, ya fuere por su antigüedad o por el cargo que ostentaban, aunque ello, siguiendo con la lectura posterior de muchas notas encontradas, dejara de ser sorpresa por las diferencias que existía entre los miembros del propio clero ecijano, ya fuere por una u otra circunstancia.

Las obras de demolición y reconstrucción de la espadaña del Convento de San José, “las teresas” fueron promovidas por la Asociación de Amigos de Écija E3, a raíz de la ruina que presentaba.
Entre los numerosos documentos que tengo y notas sobre ecijanos que destacaron en algún hecho de relevancia, me encontré con una pequeña biografía de Pedro Fernández Guzmán, que dice así: