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imagen de San Pablo Apóstol

La imagen del Patrón Canónico de Écija se pasea nuevamente por las calles de su ciudad

A las cinco de la tarde de este miércoles, 25 de enero de 2023, volvía a salir a las calles ecijanas desde su templo de la Iglesia de Santa Bárbara, la imagen de San Pablo Apóstol, las cuales, no pisaba el Patrón Canónico de la Ciudad de Écija, desde el año 2019 debido a la lluvia y las posteriores restricciones sanitarias por la pandemia del Covid-19.

Una procesión Votiva, que se ha llevado a cabo en una tarde medio nublada y gélida por las bajas temperaturas de los últimos días, con la novedad de que la imagen de San Pablo Apóstol, no ha podido llegar a la Iglesia-Conventual de San Pablo y Santo Domingo, al encontrarse los aledaños del templo en obras, por lo que, la Santa Misa y lectura del milagro que se atribuye a San Pablo Apóstol, se ha realizado en la Iglesia de Santa Cruz.

Un templo que San Pablo Apóstol no visitaba –también por obras– desde la década de los ochenta del siglo XX, en el que se han dado cita esta tarde una gran cantidad de fieles y ciudadanos que han acudido a la celebración de la festividad del Patrón de Écija, en la que también estuvieron presentes las autoridades civiles y militares, así como, una representación de las distintas hermandades y cofradías de la ciudad.

El milagro de San Pablo Apóstol

Según se recoge en el escrito del pergamino original, del escribano de nuestra ciudad D. Gerónimo de Guzmán, el día 20 del mes de febrero del año 1436, ocurrió en Écija el siguiente Milagro del Apóstol de Jesucristo, Pablo de Tarso, San Pablo.

Apareciese San Pablo a un hijo de "D. Diego Fernández de Carmona, llamado Antón, de 14 años de edad, advirtiéndole el apóstol que el Señor, estaba muy airado contra nuestra ciudad, por muchas cosas; en especial por no guardar los días Santos de los domingos, ni los santificaban; y así mismo porque hacían y consentían muchos juramentos falsos, muchas blasfemias, no hacían caridad, y no hacían limosna a los pobres."

Por todo eso y más, le dice San Pablo, "que, si no hicieran penitencia, confesasen y comulgasen con devoción y enmendasen dichos vicios y pecados, el Señor Jesucristo, mandaría sobre Écija pestilencia grande."

Así selló San Pablo la mano derecha del muchacho atándole los dedos unos con otros, y advirtiéndole que lo hiciera público, y después "fuese al Monasterio de Santo Domingo de la Orden de los Predicadores y que pusiese la mano sobre una cruz situada en dicho templo y que se le abriría y desataría, y se volvería tan sana como la tenía."

Cuando se hiciera público tal milagro, el cabildo "ordenó algunas cosas cumplideras al servicio de nuestro Señor, y a la enmendación de vicios, y pecados, y provecho del bien común de esta ciudad, y mandaron para el martes siguiente fuesen los clérigos de la Universidad con toda la gente de esta dicha ciudad en solemne procesión al dicho Monasterio a rogar a Dios nuestro Señor, tuviese piedad de ellos, y que quisiese demostrar, si era verdad, lo que el dicho mozo decía.

Y otro día fueron en procesión todos los dichos señores con toda la gente común así hombres como mujeres y dicha Misa solemnemente, y hecho Sermón, tomaron la Cruz del dicho monasterio algunos religiosos de él, y algunos clérigos con mucha reverencia, y poniéndole en medio del Altar Mayor, y el dicho mozo fue delante, e hincadas de rodillas llegó con la mano a la manzana de la cruz, y subiendo arriba por ella, llegando a la imagen de Nuestro Señor, que está en la dicha cruz, abrió la mano y tornase tan buena y sana, como antes la tenía. Lo cual fue visto por toda la gente.

Y de esto, según pasó, yo el dicho escribano a perdimiento de todos los señores, día de ello testimonio. Y en memoria de este tan milagro, y porque por él parece, que el Glorioso Apóstol Señor S. Pablo es Patrón y tiene señalado cuidado de esta Ciudad. Así acordaron los susodichos señores hacer cada año una procesión el día de la conversión de S. Pablo, que cae a 25 días de mes de enero; en el cual todos los Regidores viniesen con candelas en las manos, y todo el Pueblo viniese con devoción a este glorioso bienaventurado Patrón, de lo cual hicieron voto a Dios".